La zona centro no cuenta con grandes cuevas. Pero "Cantabria... Cantabria es como un queso gruyere, está hueca". Cuevear no es tan accesible para nosotros como pueden ser los barrancos.
Ahora toca adaptar las técnicas de otras disciplinas como barrancos o escalada al mundo subterráneo, donde se utilizan otros aparatos. Muchas prácticas en el roco, con circuitos para practicar distintas maniobras.
Íbamos con Diego, un gran amigo de Rubén. Él ya tenía explorada la entrada por Coterón y la salida por Reñada. Sólo le quedaba conectarlas. La duración estimada de la travesía eran 9 horas. Confianza plena en él…. Ahora estaba mi duda. ¿Será una actividad para mí? Rubén siempre dice: “Si yo puedo, tu puedes” así que no hay duda. A por ello!!
Ahora toca adaptar las técnicas de otras disciplinas como barrancos o escalada al mundo subterráneo, donde se utilizan otros aparatos. Muchas prácticas en el roco, con circuitos para practicar distintas maniobras.
Íbamos con Diego, un gran amigo de Rubén. Él ya tenía explorada la entrada por Coterón y la salida por Reñada. Sólo le quedaba conectarlas. La duración estimada de la travesía eran 9 horas. Confianza plena en él…. Ahora estaba mi duda. ¿Será una actividad para mí? Rubén siempre dice: “Si yo puedo, tu puedes” así que no hay duda. A por ello!!
Tenía que saber donde me metía, así que
varias semanas de bicheo para conocer un poquito como iba a ser la actividad. La
entrada por Coterón es un P52, después ya no había
grandes dificultades a nivel de cuerda. La dificultad de esta travesía está en
la orientación y en sus pasos comprometidos. Busqué y ordené información, anoté nombres de
las salas que íbamos a visitar... Alguna noche que
otra soñando con cuevas, estaba deseosa!!
Y por fin llego el día de la verdad.
Boca Coterón |
Aproximación de unos 40minutos. Qué difícil es
encontrar un agujero en medio de una ladera tan enorme, gracias a los GPS, si
funcionaran dentro de la cueva… jajaja!! Allí estamos, el equipo al completo:
Diego, Edu, Alberto, Rubén y yo, única fémina allí presente jejeje!! Tenía que
echarle valor.
Para acceder al P52, un pasamanos y después un desviador. Estos espeleólogos son muy “tikis” y no les gustan los roces. Un poco de aturullamiento que saca de quicio a Rubén, hemos practicado mucho y sé lo que hay que hacer, así que tranquilidad y paciencia. Estoy bajando por ese agujero, la luz va desapareciendo y es cuando me doy cuenta que ni he encendido el frontal, jajaja. Última parte volada. Como cuesta apretar el stop. Pongo pies en el suelo, ya estoy en la cueva. Abajo me espera Alberto. En una sala enorme. Aun faltan tres por bajar, tengo tiempo para bichear. Que pasada!!
Para acceder al P52, un pasamanos y después un desviador. Estos espeleólogos son muy “tikis” y no les gustan los roces. Un poco de aturullamiento que saca de quicio a Rubén, hemos practicado mucho y sé lo que hay que hacer, así que tranquilidad y paciencia. Estoy bajando por ese agujero, la luz va desapareciendo y es cuando me doy cuenta que ni he encendido el frontal, jajaja. Última parte volada. Como cuesta apretar el stop. Pongo pies en el suelo, ya estoy en la cueva. Abajo me espera Alberto. En una sala enorme. Aun faltan tres por bajar, tengo tiempo para bichear. Que pasada!!
Desviador P52 |
Parte volada P52 |
La primera sala con la que nos topamos es la
Sala del Borde del Mundo. Me asomo un poquito pero… vaya terraza. Voy con los
ojos como platos observando todo lo que hay a mí alrededor. Murciélagos dormidos. Sé que hay personas que los ven
como bichos horribles y repugnantes. A mí, me parece muy divertido verlos
colgando, nunca los había visto tan de cerca, y supongo que si tú no los molestas,
ellos no te harán nada: ni pegarte la rabia, ni enredarse en tu pelo.
El ramal Codisera es menos transitado. Es una
travesía algo comprometida. Trepadas entre bloques, destrepes con ayuda, pasos
muy expuestos… Pero el quid de la cuestión eran los meandros. Fueron explicándome
un poco que era eso de los meandros, que yo ya había anotado en mis “apuntes”, pero no había dado la mayor importancia. Estos eran unos meandros especiales. Tenían de apellido desfondados. Bastante temidos
por los espeleólogos. Es en ese momento es cuando Diego me explica que el
presidente de su club dice que "la espeleología es un 80% fe": fe de que la
piedra no se va a mover, fe de que los anclajes están bien puestos, fe de que
no te vas a resbalar… etc etc. Empiezo a acojonarme un poco y no veo la hora de
llegar a esos temidos meandros desfondados, pero ahí están. No rechisto ni una
vez, allí todos tenemos el mismo miedito. Con precaución vamos pasando esos
meandros, alguno de ellos con una caída bastante importante. Cada uno va avanzando como puede, buscando su estrategia y ayudándonos en todo momento. El trabajo en equipo es muy importante. Vaya rato de tensión y concentración.
Sobreviviendo a los meandros |
Superando meandros por abajo |
Apáñatelas como puedas para pasar los desfondes |
El Lago de los Fantasmas me pareció impresionante con su agua cristalina. Que guay el reflejo del techo en las aguas. No me quiero ni imaginar antiguamente que no existía el pasamanos… "Los grandes espeleólogos se mojan", apunta Diego, pero doy gracias que no nos toque hacerlo, jeje!!
Pasamanos. Lago de los fantasmas |
Lago de los Fantasmas |
Ya van adelantándome que a partir de aquí comienza
el barro y los arrastraderos. De momento habíamos pasado por un par de sitios
en los que te quedas algo “atorao”. Habíamos explorado
salas grandes: sala de los dos sifones,
sala del Cordón de Bota, Sala del Borde del Universo, Castle Hall… un montón de
nombres en mi cabeza, ya no sé ni en qué orden las fuimos viendo. También habíamos
pasado por zonas que parecían minas de carbón, en las que el agua había pulido totalmente las
paredes como consecuencia de las burbujas de presión. El Callejón de la Sangre
no deja a nadie indiferente. Multitud de formaciones rojizas y el famoso monje
rojo. Que maravillas esconde la naturaleza!!
El monje rojo |
Curiosas formaciones rojizas |
Ahora tocaba arrastrarnos y mancharnos. El famoso paso de Duck, que en época de crecidas, puede sifonarse. Ahora simplemente estaba embarrado. Un punto a mi favor es no tener que arrastrar mochila, en esta travesía me he librado (Gracias cariño, eres el mejor, jeje!!). Tras este paso, entramos en la zona de barro de verdad. Me entra la risa cuando veo como se hunde mi bota y soy incapaz de sacarla, saco el pie y la bota se queda dentro… me parto. Caminar por ese barro, que parece arenas movedizas que te atrapan, debe tener su técnica, porque ellos no se hunden tanto como yo, jejeje. Ya sólo nos queda el agujero soplador. Aquí ya sí que nos manchamos y mojamos bastante más. Según “mis estudios” ya debe quedar poco, pero se me ha hecho tan corto que no me creo que eso que se ve al final sea luz. Tenía el chip de 9horas y lo habíamos logrado en poco más de 6horas. Había salido todo rodado, sin pérdidas. Un diez a estos chicos que han sabido interpretar esos mapas donde yo solo veo líneas y dibujitos.
Hemos llegado a Reñada. ¡¡Embarrados y felices!!
Boca Reñada. |
Para Rubén y para mí, la aventura aún no había terminado. Hay que volver a la boca de Coterón a quitar la cuerda. No queríamos cargar con ella durante toda la travesía, y dejarla puesta también daba un poquito de seguridad. Empieza a chispear y se hace de noche. Nos llevamos el GPS pero aún así…que largo se hace encontrar la boca ahora que no hay luz. Una horita laaaarga más de actividad. Ahora ya sí que noto el cansancio, pero me siento tan orgullosa, que este paseo sirve para repasar y comentar como ha ido la experiencia.
Para el día siguiente el plan era la TRAVESÍA TONIO-CAÑUELA. Nos quedábamos Diego, Rubén y yo. Edu y Alberto se caían del plan. Valorando la situación y teniendo en cuenta el cansancio, decidimos algo menos movidito para el domingo, que es el día de retorno y nosotros tenemos 4horitas de vuelta a casa. La sima de Tonio es bastante técnica, puesto que
se bajan unos 250m hasta llegar a la Sala Olivier Guillaume, por lo que
decidimos hacer lo que ellos consideran una espeleopaseo tranquilo (no para mí,
claro) y entramos por Cañuela hasta esa sala para ver el agujerito por el que bajaríamos
de Tonio. El primer obstáculo con el que nos encontramos es un pasamanos que a mí
ya me impone. Un par de pasos un poquito expuestos. Llevamos cuerda para
asegurar algunos destrepes. Como dice Diego: "a hacer espeleo se aprende
haciendo cuevas". Así que allí estoy, practicando. Puño, pedala, crol, stop,
llave de bloqueo… conceptos que van ordenándose en mi cabeza. Bonito espeleopaseo,
pero yo estoy fundida. Tres ferratas el viernes, travesía el sábado, "espeleopaseo" el domingo.... Vuelta a casa muertecita!!
Pasamanos Cañuela |
Remontando cuerda. |
Caos de bloques |
Curiosas formaciones |
Formaciones preciosas |
Descendiendo lo subido |
No puedo terminar esta entrada del blog sin agradecer a todos, pero en especial a Diego, el haber hecho posible esta aventurilla. Hacer una travesía no es un aquí te pillo aquí te mato. Lleva su tiempo de exploración. Y Diego ha sido un excelente explorador y guía. Por supuesto, todos han aportado su granito de arena y su experiencia. No voy a dejar sin mencionar a Rubén, que hace posible que acceda a estos rincones que siempre había pensado que serian inaccesibles para mi, me enseña, me soporta y me cuida como el que más.
Hasta la próxima,
Ana
Preciosas fotos querida compi.Cada dia mas locuela,pero el lunes cuando te veo ,siempre llegas con una gran sonrisa,feliz,radiante....y eso quiere decir que tu sufrimiento y tus miedos se ven recompensados con creces.
ResponderEliminarBesazo blogera