Hace menos de dos años decía que
sería incapaz de ponerme un arnés, que jamás de los jamase iba a colgarme en
una pared, que tenía miedo a las alturas... Y bueno… aquí estoy. Con un pequeño
curriculum escalador. Dedicamos poco tiempo a escalar, la verdad, sin embargo,
tengo vías muy especiales guardadas en la memoria.
Aun recuerdo mi primera vía larga
Vía Piloto(6A, 160m) en el
Pico de la Miel (La Cabrera), con el gran alpinista y escalador Paco Aguado
(SoloClimb), que aunque ya ha perdido la forma física, aún mostraba un don
especial para desenvolverse. Mientras yo luchaba contra la roca, que incluso a
veces me hacía “pupita”, él era todo soltura. Rubén abriendo la vía, y nosotros
dos de segundos. Paco, explicándome como colocarme, haciéndolo todo super
fácil. Un grande.
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Fisura |
En el mes de Diciembre, con un
frío que lo gozas y tras una larga caminata por el paraíso de la roca (La
Pedriza), llegamos a la Pared de
Santillana para escalar la Cara
Sur (V+, 120m). Dos cordadas, en la mía, Rubén abriendo la vía, Ana,
que acababa de conocer y yo. Ana ya había escalado la vía y fue haciéndome más
fácil la ascensión, a partir de ese día, una gran amistad. En esta escalada aprendí
que era eso de la “motoreta”, como me temblaban las piernas, jaja!! Tres
largos. Aún recuerdo la salida por esa fisura, lo difícil que resultó, pero
después… Vaya setas para agarrarse, parecían presas de un roco. Una escalada
muy agradecida, que estoy segura que ahora lo disfrutaría un montón que ya
tengo más experiencia.
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Foto de cumbre |
Otra vía, de esas que te marcan,
ha sido en los riscos de Villarejo. Rubén y Jose Félix, turnándose los largos
de la vía Esteban Altieri (6A, 180m)
y yo… subiendo como buenamente podía jeje!! Con mi mal de altura (como digo yo)
en un patio bastante imponente. Viendo cabras a tamaño minúsculo. (Leer: diario de una escaladora. Riscos de Villarejo. Un mar de Rocas. Agosto)
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Primer largo |
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Foto de cumbre |
Pero hoy quiero hablar de lo que supone
ESCALAR DE PRIMERA. Una vez que ya se tiene soltura subiendo de segundo, un
paso más es empezar a abrir vías. Siempre he tenido la sensación de cuerda
tensa y son otros los que han “arriesgado”. Escalando de primero no disponemos
de ninguna cuerda por encima de nosotros que nos permita asegurarnos y que el
seguro viene desde abajo. Es la tarea más difícil de la escalada y requiere de
unos conocimientos técnicos particulares. Voy aprendiendo esas técnicas: el
cosido de cuerda con las cintas exprés, el correcto manejo de cuerda a la hora
de subir, el montaje de reuniones, el aseguramiento desde arriba… Ahora la
película cambia bastante. Además de los conocimientos técnicos, también hay que
mencionar la gestión del miedo, en mi caso… algo complicado, pero que ya voy
gestionando muuuuucho mejor.
Evidentemente, yo no hago grado,
eso requiere de mucho entreno, de muchas horas de trabajo en rocódromo… Por lo
que las vías que yo puedo subir de primera no serán complicadas hablando de
grado y exigencia física. Ahora que sale la palabra grado, aprovecho para hacer
una valoración personal. Que nadie se lo tome como crítica, es la realidad, o
bueno, mi realidad.
Comparo a los escaladores con los
corredores de asfalto. Estos últimos se rigen por números, los otros por
números y letras. Parece que calificamos de gran corredor al que corre a 3.30
el km, y no valoramos a aquellos que con mucho esfuerzo consiguen correr a 5.
En la escalada pasa igual, los buenos escaladores son los que hacen 7b, 7c… Si
no, parece que no eres nadie. La verdad
que yo no estoy muy de acuerdo con esto. No me considero ni corredora ni mucho
menos escaladora, sin embargo, pienso que no hay que valorar en función de un
número. A un corredor de montaña, no le preocupa su ritmo, le preocupa el
desnivel, el número de kilómetros… pero no vive preocupado de su reloj,
disfruta de la montaña, disfruta de su carrera, gestiona sus ritmos, sufre…
Desde mi punto de vista, un gran escalador no es aquel que hace grado, que
repite y repite hasta que le sale un paso. Para mí, un gran escalador es aquel
que puede pasarse horas en una pared, gestionando perfectamente cuerdas y demás
material. Ese que podría salir de cualquier “marrón”. Así que yo… estoy muy
tranquila, se que tengo a mi lado al mejor escalador. Con el que podría subir
hasta la Luna si hiciera falta ;)
Escapadita a Pirineos con
nuestras tablas de travesía, ansiosos por deslizarlas por cualquier sitio… pero
nada! Las condiciones aún no son buenas, así que como tenemos otras opciones,
decidimos escalar. Día soleado pero de mucho mucho viento. Con temperatura bastante
baja.
Vamos a Peña Rueba, en Gállego de Murillo. Una vía sencilla y muy
agradecida. Los terceros también
existen (V+, 250m). A mí el nombre ya me gustaba, jaja!! Sonaba a
facilona. Escalada fácil, con buena roca y
bien equipada. Nueve largos y 250m hasta el Mallo la Mora, con un sólo largo
V+, siendo el resto de IV+ como máximo. Y con un par de largos facilitos más,
se puede llegar a la cima de Peña Rueba. Vía fácil de iniciación a la escalada
de múltiples largos al estar equipada casi como una deportiva, donde sólo el
tercer largo es de V+ y el resto son terceros o cuartos, o III+ y de ahí su
nombre. Hasta el Mallo de la Mora son 9 largos, desde donde puede bajarse
destrepando ayudado por unas cadenas y cables a la ferrata Sur, o continuar a
la cima de Peña Rueba, con un par de largos más.
Allí estamos los dos, hoy creo
que toca funcionar como una cordada de verdad, turnándonos los largos. Para mí
los largos fáciles claro. Pero muy emocionada por escalar de primera. 9 largos
y unas horitas para disfrutar… o para congelarnos, aun no sé muy bien que nos
va a pasar ahí colgados jeje!! La verdad que con la emoción, y la tensión y
concentración, no pase mucho frío. Mis manos me respetaron, solo un par de
ratitos de tiritera cuando estás asegurando. Lo que más me cuesta de una
cordada de dos, son los momentos de espera solitaria. No me gustan, pero nada
de nada.
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Escalando de primera |
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Escalando de primera. Casi cumbre!! |
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Montando reuniones y asegurando |
Una experiencia estupenda eso de
escalar de primera: chapando, montando reuniones…
Para el retorno estuvimos
valorando rapelar, 250m, en los que Rubén lo hubiera gozado, pero la verdad,
que me motivaba más la opción de la ferrata. A mitad de camino, tuve que hacer
la promesa de que nunca más volveríamos a tomar esa opción y rapelariamos
jeje!! Vaya regreso más expuesto. Un resbalón podría ser fatal.
Respecto al paisaje, no tengo
palabras. Espectacular ver el atardecer, rodeados por los Mallos de Riglos y
Peña Agüero.
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La cumbre y sus vistas |
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Post-análisis de la vía |
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Atardeceres únicos |
Reflexión: La escalada es un
deporte de alta concentración. A diferencia de otros deportes, escalando te
olvidas absolutamente de todo. Solo estás tú y la roca. Escalando no existe la
crisis, ni el estrés, ni mal de amores jaja!! Nada, todo eso desaparece por un
momento. Y creo que es una de las sensaciones más maravillosas.
Hasta la próxima,
Ana