Hoy, mi entrada de blog es para hablar sobre las
competiciones de barranquismo, poco conocidas y a mi parecer, poco aceptadas.
Después de participar en tres campeonatos de
descenso de cañones, me atrevo a dar mi opinión acerca de este tipo de pruebas.
Mi primera competición fue en Julio de 2014
en el barranco de Frades organizada por ECDC Portugal. Nos pilló un poco por
sorpresa, no pensábamos participar, tan solo formábamos parte de los asistentes
a la concentración en la Sierra de Freita. Según el reglamento los equipos solo
pueden ser masculinos o femeninos, por lo que Rubén y yo no podíamos
“legalmente” participar, sin embargo, descendimos el barranco en modo
competitivo sin entrar en clasificaciones oficiales. Aunque yo no realizaba las
maniobras, porque por aquel entonces me faltaban tablas para hacerlo, tuve
que rapelar y correr lo más rápido posible. Me pareció muy divertido y nos
empezó a picar el gusanillo de la competición.
Hace unos meses, decidimos crear un EQUIPO DE COMPETICIÓN DE LA FEDERACIÓN MADRILEÑA DE ESPELEOLOGÍA para participar en el
campeonato de España celebrado en el barranco de Poyatos. Necesitábamos
encontrar una pareja para cada uno, ya que los equipos mixtos no están
permitidos. Pensamos en Dani y Jessi, que aunque apenas conocíamos, era una buena
oportunidad para hacerlo y formar un gran equipo. Efectivamente así ha sido.
Hoy ya no sólo somos un equipo, somos amigos que comparten inquietudes y aficiones.
Nuestro debut en Cuenca supuso la medalla de
oro para el equipo femenino y la medalla de bronce para el masculino. Esto nos dió un punto extra de motivación para todos.
El siguiente campeonato fue en Portugal, en
la Sierra de Gerés, descendiendo el barranco del río Arado. El trato por parte
de ECDC Portugal siempre es inmejorable. Esta vez sólo el equipo femenino
consiguió subirse al pódium con un segundo puesto. El equipo masculino tuvo que
conformarse con una sexta posición, muy luchada, de entre los 17 equipos.
Teniendo en cuenta que habíamos descendido el barranco del rio Arado tan sólo
una vez y en modo disfrute el día de antes, no podíamos pedir mejores
resultados. Como cualquier deporte, necesita su entreno y por motivos laborales
y personales nos es muy difícil coincidir. Nos tenemos que limitar a los
descensos que hacemos por separado y sobre todo a continuar con la ilusión y
las ganas que le ponemos a cada prueba.
Tras participar en estas competiciones, muchas
han sido las opiniones a nuestro alrededor. Opiniones siempre respetables por
supuesto, pero hoy me toca a mí dar la mía, la cual espero que también sea respetada.
El barranquismo no es un deporte competitivo,
mucha gente opina. Y yo pienso… ¿y por
qué no? Carreras de montaña cada fin de semana, raids de aventura (con pruebas
que incluyen cuerda), competiciones de escalada… En los últimos años, la
montaña se ha empapado de un espíritu competitivo, lo cual, no significa
que se pierdan sus valores.
El realizar las maniobras de descenso con
rapidez no supone perder la seguridad. Siempre va a haber jueces que te van
a indicar si estás realizando una maniobra peligrosa y serás penalizado. Pero
todos aquellos que participamos en estas pruebas tenemos los conocimientos
suficientes para realizar este deporte de manera segura. Además, siempre se
montan pasamanos para los rápeles con cabeceras algo más expuestas, dando mayor
seguridad al participante. Por lo que la seguridad se cuida al máximo en este
tipo de pruebas y los participantes están protegidos. Si miramos las
estadísticas de accidentes en barrancos, estos suelen tener cifras más elevadas
en los saltos y en las competiciones suele estar prohibido saltar. Los
accidentes ocurren, dentro y fuera de competiciones.
El desplazamiento corriendo por el
cauce del río puede verse como un peligro, sin embargo, este riesgo también
existe en carreras de montaña, donde los esguinces están a la orden del día, y
no le damos tanta importancia. Las personas que decidimos participar en estas
pruebas somos conscientes de ello y ninguno estamos exentos de una torcedura, ya
sea dentro o fuera de una competición. Para ello llevamos calzado adecuado y
entrenamos los tobillos.
Los barrancos no se ensucian. Los
barranquistas amamos la naturaleza y los ríos. Las competiciones reúnen a
personas preocupadas por el medio y es en las competiciones donde se demuestra
el compromiso por el respeto en el medio ambiente. Un buen ejemplo de ello es
que si cualquier deportista abandona voluntaria o involuntariamente cualquier
objeto, queda descalificado. Es cierto que un gran número de personas pasando
por un mismo lugar (sendero, cauce o márgenes del río) supone un impacto para
el medio ambiente, pero esto ocurre en competición y fuera de ella. Las
competiciones de barrancos tienen un número reducido de participantes, sin
embargo, los barrancos de empresa tienen mayor afluencia y suelen estar frecuentados
por un tipo de usuario que no está familiarizado con ese medio. Pero esto, no
interesa criticarlo, en fin…
Los barranquistas no construimos presas para
recoger el agua y bañarnos en una pocita un domingo. Los barranquistas no nos
pegamos una merendona dejando basura en los alrededores. Los barranquistas no
jugamos con la fauna y evitamos pisar en ciertos puntos para no molestar a los
animalitos: peces, ranas… Los barranquistas no arrancamos la flora para regalar
un ramito de flores a alguien especial…
Pero eso sí, a los barranquistas se nos exige
pedir permisos para descender muchos barrancos. Permisos en su mayoría
gestionados por personas que no saben ni lo que es este deporte. Se nos exigen
coordenadas, día y horario de entrada y salida. Mire usted, si supiera lo que
es el barranquismo, comprendería que no podemos preparar nuestros descensos
15días antes como nos exige que gestionemos la documentación. La previsión
meteorológica no puede conocerse a ciencia cierta y esto influye en la
planificación de nuestros descensos. Es vergonzoso tener que cancelar un viaje
porque a la Junta de Galicia no le “da tiempo” a gestionar el permiso para
descender el Xallas (permiso solicitado con 10 días de antelación) Eso sí,
bañistas y pescadores con libertad para hacer lo que quieran, que ya vamos los
barranquistas a recoger su mierda en los ríos. Que nosotros también tenemos una
licencia anual, que nosotros también pagamos un seguro… ¿Que más quieren?
Un aspecto que también podría destacar acerca
de estas competiciones es que se premia al barranquista más rápido. Para
funcionar con rapidez se utilizan técnicas que desde mi punto de vista no
serían las más adecuadas si estuviéramos descendiendo un barranco con un grupo
de amigos. No se valoran los conocimientos técnicos, ya que no te piden hacer
maniobras complejas, por lo que quizás añadiría a la competición maniobras en
las que se tuviera que demostrar ciertos conocimientos.
La participación femenina es muy escasa,
pero confío en que cada vez seamos más las chicas barranquistas que nos
atrevamos a participar en ellas. Es otra forma de barranquear, de gestionar las
maniobras con tu pareja, de lucharlo juntas…
Con este blog, sólo pretendo que se nos respete,
a nivel deportivo y competitivo. Los barranquistas hacemos agujeros en la roca
para poner anclajes, aunque a veces, ni si quiera lo necesitamos, pero ese es
el único “mal” que hacemos. Si somos los que más cuidamos los ríos, ¿por qué
nos ponen tantos impedimentos y otros tienen libertad absoluta?
Saludos y buenos descensos,
Ana
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