miércoles, 4 de junio de 2014

MI PRIMERA SIMA. VALPORQUERO.




Este fin de semana, fuimos al encuentro barranquista de Vegacervera.

Lo primero agradecer a la organización dejarnos participar en las charlas, dejando un espacio a NOSOLOCUERDA turismo activo y formación para dar a conocer los barrancos de la Sierra de Gredos.


El plan para el finde era un curso de aguas vivas el sábado y Valporquero el domingo. Pero a veces los planes no pueden seguirse a rajatabla, jajaja!! Lo que si tenía claro era que no me iba a ir de León sin pisar mi primera cueva.
Sábado 22pm: Después de una jornada intensa de aguas vivas, decidimos preparar todo deprisa y corriendo y marchar a Valporquero.  Las cuevas siempre están oscuras así que… ¿qué importa si es de día o de noche fuera?  La ilusión no me deja pensar en si estoy cansada y tengo sueño. Estoy entusiasmada. No sé lo que me voy a encontrar: ¿Rápeles muy altos? ¿Gateras? Y yo que seeee….  Ilusionada y nerviosa, pero a la vez tranquila. Voy con los mejores,  espeleólogos que se conocen al dedillo la cueva y Rubén, que como siempre, me cuidará al máximo.
Neopreno y frontal encendido desde que salimos del coche. Encontramos la boca sin dificultad. Esa verja que en tantas fotos he visto, ahora soy yo la que la abro. Comienza la aventura. Primer rápel pero con paredes a los dos lados que te impiden moverte bien. Llegamos al rápel volado. Me lanzo y noooo… comienza esa sensación que no me gusta, no puedo apoyar pies. Mezcla de nervios y alucine, jajaja!! Soy como una estalactita, goteando poco a poco. Bajo despacio, lo que me hace girar sobre mi más veces de la cuenta. Esto me permite ver la enorme sala. Pienso en que como aumente la velocidad de mis giros puede que me maree, jajaja!! Estoy flipando. No llevo un buen frontal, pero lo suficiente para ver las formaciones que tengo a mí alrededor. Pongo pies en el suelo, temblando… que maravilla.
Tras caminar un poco, llegamos al paso del reloj. Hay que entrar por un pequeño agujero en el que tienes que pegar patadas a la mochila porque se atasca. Es una pequeña lucha contra la roca, tiene que dejarte pasar, jajaja!!  Que divertido!!
Los siguientes rápeles ya son de los que me gustan, alguna parte volada, pero ya no es esa sensación de estar en el vacío. Y llegamos al rio subterráneo. Estamos a 160m bajo el suelo. He bajado mi primera sima, yuhuuuuu.  
Ahora comienza la parte acuática. Un barranco divertido. Nadar por el agua, un par de toboganes naturales, un saltito de 6m, la gran cascada, escaleras para trepar.... Intuyo que vamos a llegar a un sitio curioso. Ascendemos por una escala, rapel y ahí está la sorpresa… el nivel del agua está bien y el sifón se puede pasar fácilmente. Ascendemos por otra escala y otro rápel.  Acabo de hacer el famoso paso de la M.
Comienzo a ver vegetación, así que deduzco que ya hemos salido de la cueva aunque seguimos a oscuras. Quedan los últimos rápeles. La cascada baja con un chorrito de agua. La hacemos metiéndonos por ese hueco que deja la piedra de en medio. Un poco desubicada, vuelvo a ver la luz del frontal de mis compis que me esperan abajo. Creo que la aventura se está acabando, último rapel, cruzamos el rio y se acabó.
Llegamos al coche a las 2pm. Que experiencia más bonita. Me quedo con ganas de más. Sé que repetiremos. Además tenemos la excusa de hacerla de día para poder ver los últimos rápeles con luz natural. Eso sí, la “tranquilidad”, a pesar de que estos chicos me llevaban a fuego, que hemos tenido dentro de la cueva, sería imposible si la hubiéramos hecho de día, cuando,  según cuentan, te encuentras con un montón de grupos.
Las fotos con la gopro no han sido buenas pero tengo guardadas en mi cabeza esas imágenes que mis ojos disfrutaron.
Hasta pronto,
Ana



Más información sobre la cueva de Valporquero en http://es.wikipedia.org/wiki/Cueva_de_Valporquero

No hay comentarios:

Publicar un comentario